Marilyn era una persona insegura, depresiva, que continuamente buscaba en los otros lo que nunca había tenido. El amor y la compresión que no tuvo de su madre, la falta de un padre, el amor casto y puro que no encontraba en los que la querían solo por su cuerpo sin acordarse de su espíritu. Había llegado a ser una gran estrella de Hollywood, amada por todos los hombres y enviada por todas la mujeres, pero falta de cariño. O eso es lo que ella veía.
Y una persona así se refugia en un trozo de papel para dar rienda suelta a sus sentimientos. Le daba igual una servilleta, que una libretita o un papel de cartas de cualquier hotel. Ponía por escrito sus emociones, necesidades y miedos. Y ahora, 48 años después de su muerte, todo esto ha salido a la luz en un libro titulado “Fragmentos” en su edición en castellano de la mano de Seix Barral.
Norma Jean se refugió en Marilyn Monroe, pero esta imagen hizo que Norma se sintiera vulnerable. La gente quería a Marilyn, la estrella rubia con glamour y muchas curvas. La gente adoraba a Marilyn. La gente (sobre todos los hombres) deseaban a Marilyn... Y de Norma nadie se acordaba. Norma estaba sola, abandonada, menospreciada. Pero Norma era más lista de lo que la gente creía, o tal vez no. Leyendo los pensamientos de Marilyn, o más bien habría que decir de los de Norma, podemos llegar a comprender a esta mujer que murió por culpa de la fama.
En el dominical de ayer de El País había un buen artículo sobre este libro, con varias imágenes de la actriz que yo no había visto antes.
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