Dos bellezas de la naturaleza competían por la atención del espectador. Marilyn Monroe y las cataratas del Niágara frente a frente y al final la actriz ganaba... En Niágara, Marilyn interpretaba el papel de la mujer de un veterano de guerra y solo pensaba en ella y le engañaba a la primera oportunidad. La sensualidad de la actriz quitaba el hipo y hacía que todos los hombres giraran la cabeza cuando ella pasaba junto a ellos.
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