Parece imposible que continúen saliendo fotografías inéditas de la actriz, pero sigue pasando. Hace unos días el fotógrafo Anton Fury estaba chafardeando entre los objetos que un vecino tenía en uno de los miles de rastrillos que los americanos montan delante de su casa para desprenderse de objetos inservibles cuando vio unos negativos sin revelar. Cuando se fijó mejor vio que se trataba de imágenes de una jovencísima Marilyn. Le pagó dos dólares al vecino y se fue a la
CNN para publicarlas.
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